Entrevista exclusiva con María Domenech
Terapeuta Integral & Guía del Propósito del Alma
«Alma Consciente Magazine»
Por Clara Nerea, periodista especializada en bienestar integrativo y conciencia.
«Sanar no es olvidar el dolor, es recordar quién eras antes de él.»
Clara Nerea (CN): María, en tu trabajo integras técnicas que van desde lo transpersonal hasta lo espiritual profundo. ¿Cómo entiendes tú el concepto de sanación? ¿Es un estado, un proceso, una decisión, algo divino?
María Doménech (MD): Para mí, la sanación no es un destino ni un momento puntual. Es un proceso sagrado en el que el alma decide volver a su origen, reconectar con su propósito y liberar lo que ya no le pertenece. Sanar es un acto profundamente valiente, porque implica mirar hacia dentro, asumir nuestras heridas y recordar quiénes somos más allá del trauma. Es una decisión del alma, y también un camino que atraviesa el cuerpo, la mente, la emoción y el espíritu. Es un acto de amor profundo hacia uno mismo, una decisión personal, pero también un llamada divina.
CN: ¿Qué diferencia tu enfoque del de otros terapeutas holísticos?
MD: Lo que diferencia mi enfoque es que trabajo directamente desde el diseño del alma de cada persona. No solo acompañamos al inconsciente desde lo emocional o psicológico, sino que vamos más allá: accedemos al propósito del alma a través de la psicoterapia kabbalística, de los símbolos personales, del árbol de la vida y otras herramientas espirituales. También combino métodos científicos y energéticos: desde la biodescodificación, hasta la limpieza espiritual y la lectura del campo energético. En muchos casos, canalizo la información que el alma del consultante me transmite, porque tengo esa facultad. Es un enfoque profundamente integrador, entre ciencia y conciencia.
CN: Desde tu mirada, ¿todas las personas tienen un propósito?
MD: Absolutamente. Toda alma encarna con un propósito, aunque a veces no lo recordemos o no sepamos leerlo. Algunas almas vienen a sanar linajes, otras a traer conciencia, otras a experimentar algo específico para evolucionar. Pero todas traen una “firma energética” y dones únicos. El dolor aparece cuando esa misión se olvida. Mi trabajo es ayudar a cada persona a recordar por qué está aquí, qué pactó su alma, qué patrones viene a trascender y qué regalos trae para compartir.
CN: ¿Y a qué tipo de personas sientes que está más dirigida tu labor?
MD: A personas que están en una encrucijada vital o espiritual, que sienten que la vida que llevan no refleja lo que su alma desea. Personas que repiten patrones, que sienten bloqueos emocionales, que están cansadas de “intentar” y no avanzar. También acompaño a muchos terapeutas o buscadores que ya han hecho procesos y quieren ir más allá, a una transformación profunda y consciente. No importa la edad o la historia: lo que importa es que el alma esté lista.
CN: Si tuvieras que resumir en una sola frase la transformación que propones, ¿cuál sería?
MD: Recordarás tu propósito de alma y aprenderás a crear una vida coherente, luminosa y profundamente sanadora, desde adentro hacia afuera. Aprenderás a liberarte de patrones heredados, fidelidades inconscientes, traumas antiguos y creencias limitantes. Recuerda tus dones, repara heridas de la infancia y reconecta con tu supraconciencia.
CN: ¿Cuál sería para ti el mayor logro con cada persona que acompañas?
MD: Que esa persona se mire con ojos nuevos. Que entienda que lo que le dolió también la estaba formando. Que deje de luchar contra su historia y se reconcilie con ella. Y que pueda, desde ahí, decir:
“Ahora sí, esta es la vida que vine a crear.”
CN: ¿Y cómo defines el éxito espiritual?
MD: Para mí, el éxito espiritual no tiene que ver con cuántos talleres hiciste ni cuántos chakras activaste. Tiene que ver con cuánta coherencia hay entre lo que tu alma desea y lo que tú estás eligiendo cada día. Es cuando dejas de vivir desde la herida y empiezas a vivir desde tu propósito. Cuando puedes estar en paz con quien fuiste, y en amor con quien estás siendo.
CN: En tu enfoque también mencionas la importancia de limpiar energías o entidades que puedan interferir. ¿Cómo lo abordas?
MD: En muchos procesos identificamos energías no propias, fidelidades inconscientes a ancestros, pactos, entidades o cargas energéticas que no pertenecen al cliente. Lo abordamos desde la limpieza espiritual, el trabajo energético y la conciencia. También canalizo información directamente del alma, lo que me permite ir a la raíz del conflicto.
CN: Has mencionado que no eres médico titulado. ¿Usas el término paciente o cliente?
MD: Utilizo «cliente», por respeto a las normativas profesionales. Sin embargo, el vínculo terapéutico que establezco es profundamente humano y espiritual. Lo importante no es el término, sino el acompañamiento consciente.
CN: ¿Incluirás meditaciones guiadas y visualizaciones creativas en tus procesos?
MD: Sí, forman parte esencial del trabajo. Las visualizaciones permiten reprogramar el subconsciente, acceder a memorias del alma y activar estados de coherencia y sanación.
CN: Hablaste también del poder del pensamiento como energía. ¿Puedes ampliar esto?
MD: Todo pensamiento genera una frecuencia. Cuando sostenemos pensamientos negativos, enviamos una onda que interfiere con nuestra realidad. Por ejemplo, si pienso mal de mi jefe, esa frecuencia llega antes que yo, condicionando su actitud hacia mí. Somos emisores constantes. Comprender esto cambia nuestra forma de relacionarnos con la vida.
CN: ¿Hablarás en tus contenidos del impacto de las emociones en la salud física?
MD: Absolutamente. Tristeza en los pulmones, ira en el hígado, miedo en los riñones… La enfermedad es un mensajero. En mi trabajo incluimos la biodescodificación, para que el cuerpo hable y podamos traducir su mensaje.
CN: ¿qué frase resumen definiría tu filosofía terapéutica?
MD: «Cada alma tiene un propósito. Estoy aquí para ayudarte a recordarlo y acompañarte a crearlo conscientemente.»
CN: Gracias por esta conversación, María. ¿Un último mensaje para quienes sienten que están desconectados de sí mismos?
MD: Que no hay desconexión real. Solo olvido. Y recordar siempre es posible. A veces, solo necesitas alguien que te acompañe a mirar donde no te atreves, para volver a reconocerte. Porque no viniste a ganarte la vida… viniste a crearla.
Fin de la entrevista.
Texto autorizado por María Domenech para publicación en web y redes.
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